El Sentido de la Vida I


"El hombre mejorará cuando le muestres cómo es." Chekhov"

La necesidad de sentirse seguro es una pendiente resbaladiza, digamos que es un placebo." The killer (2023)

"No es lo que no sabes lo que te mete en problemas. Es lo que sabes con certeza y que simplemente no es así". Mark Twain

"Cuando te pones un traje de payaso y una nariz de goma, nadie tiene idea de cómo luces por dentro". - Stephen King

"La individualidad es peligrosa en la medida en que es impredecible, por lo cual hay seguridad en la conformidad y regularidad, ya que cuanto más predecibles seamos, más confiables seremos." Nolan Gertz

"Estamos buscando nuevos grados de libertad." Bonnitta Roy 

 

Me "cansé" de interactuar con humanos en los vídeos de YouTube. ¡Bueno!, más bien me harté de las respuestas y de responder a los "estúpidos", en canales llenos de ellos, con respuestas salidas de tono, insultantes o cuanto menos "chirriantes" (en muchos casos no contestaba, aunque se creyesen que al decir la última palabra les daba la razón, porque no había un porqué para explayarme ante ciertas respuestas). Mi última entrada, por ello, fue en un canal no tan visitado, por su abstracción, y por ello menos "habitado" por los estúpidos (llamo así a los que pueden adolecer de "padecer" el efecto Dunning-Kruger, o cuanto menos creer saber, o ser inteligentes, más que lo que realmente saben o lo son). Nunca me he animado a ser YouTuber porque me parece contradictorio, y me produciría malestar tener como seguidores a tal tipo de personas. ¿Clasismo?, no, simplemente que hoy adolecemos de modestia (humildad), porque vivimos en una sociedad que está alentando a renegar de aquellos valores que nos hacía más dignos, amables (hacerse amar) y respetados. Ya nadie admite ser oveja, y todos nos erigimos en lobos o pastores. Imposible cuando la evolución dice que no es así sino todo lo contrario, y donde la actual situación de la guerra cultural lo que demuestra es que hay demasiadas ovejas. Sin ovejas no habría guerra cultural, sino sólo intelectuales filosofando en temas abstractos, sin ponerse casi nunca de acuerdo, como así es que ocurre en la filosofía e igualmente en las ciencias más innovadoras. 

El siguiente escrito y tema no sé lo que va a durar, y por ello le dedicaré varios escritos; el presente aún no trata el lema del título.

Hablemos de elecciones. Si te dan a elegir entre 10 monedas de un céntimo o 5 de un euro, ¿qué escogerías? Los cinco euros…, ¡buena elección! Si te dan a elegir a si prefieres un billete de 10 o uno de 60, ¿cuál elegirías?, el de 60, ¡buena elección! Compliquemos la cuestión. Si eres presidente de un país, qué eliges: potenciar a las pequeñas o medianas empresas o cargarles de impuestos para dar subsidios a las personas más necesitadas.

Esta pequeña introducción nos enfrenta al hecho de que las elecciones tienen dos capas, por un lado están aquellas que por su simpleza son sencillas, mientras que otras —la mayoría de ellas— requieren de un análisis, más profundo cuanto más complejo sea la elección y las posibles repercusiones a distintos niveles: sociales, económicos, de bienestar, de visión de futuro, etc. Todos estamos preparados para el primer tipo de elección, se puede decir que a ese nivel casi no hay elección, que el proceso cerebral es casi determinista, pues nuestros cerebros y la vida son maximalistas (para pedir, obtener, lo gratis): tienden a preferir lo mejor y la mayor cantidad, si ello es bueno. ¿Cuántos cerebros están preparados para resolver o elegir de forma certera en temas en los que se requieren muchos pasos, implican a muchas personas o entidades y sólo se ven sus resultados a muy largo plazo? En realidad yo diría que ninguno. El humano es lo que es porque otros humanos en el pasado han "solucionado" temas complejos para que ahora sean sencillos, como así es el caso del móvil que usamos. Esto tiene dos análisis: 1. el técnico, que se ha "solucionado", él último móvil siempre será el mejor, y 2. su repercusión social, este sigue sin solucionarse, pues el móvil es conflictivo, por cuanto es como cualquier instrumento creado por el hombre, como así es el caso del cuchillo: pues tiene su utilidad en la cocina, pero a la vez puede ser un arma para matar. En este caso vemos que nadie pensó en sus cuestiones negativas, o no las creyeron tan amenazantes como para no crear el móvil (quepa decir que desde que el móvil proliferó como medio de acceder a Internet, este ha ido perdiendo en calidad, antes se leía más en Internet, ahora casi nada, estos escritos no tienen casi lecturas, aunque tampoco pretendo hacerme popular... como se suele decir: si te vuelves popular es que estás haciendo algo mal, con todo en otros blog más antiguos tenía más lectores, antes de la entrada masiva de móviles a Internet). En realidad, que es lo que trato de exponer, nadie pensó en todos sus posibles inconvenientes, por cuanto que muchos de estos han venido dados por las aplicaciones que se usan, donde entre ellas destacan las redes sociales, las cuales a la vez han implicado unas dinámicas impredecibles por sus propios creadores.

De lo dicho arriba sale a relucir la idea de los sistemas complejos, donde cuantos más subsistemas tengan implicados, más complejos e impredecibles se vuelven. La escritura, se puede decir, es un sistema complejo, que parte del lenguaje hablado, que a la vez nace de dos sistemas complejos: el cerebro y la sociedad humana. Arriba se puede leer "un billete de 60 euros"…, ¿es un error tipográfico?, o sólo algún tipo de trama de mi cerebro. A la vez, si es algo ideado por mi cerebro, y dado que el cerebro humano ha evolucionado hasta donde es en la medida de tratar de predecir el comportamiento de otros cerebros, el cerebro del lector tratará de analizar racionalmente tal comportamiento. ¿Y si no obedeciera a una trama racional? El cerebro igualmente está preparado para predecir aquello que es por instinto u obedece a alguna emoción o sentimiento. ¿Es el caso hacer este tipo de análisis para el presente caso? No pareciera, pero tampoco tendría por qué ser descartable. Puesto que estoy usando este caso para demostrar la complejidad a la hora de analizar el comportamiento del cerebro, ello implica que tiene una finalidad y es racional, dado que lo estoy usando como ejemplo. Pero he ahí que aparentemente sale a relucir un sesgo de nuestro cerebro, el más elemental: el dar sentido a algo que puede haber sido dado por mero azar. Este mismo mecanismo se deduce a la hora de concebir el cerebro, la vida y el mismo universo: nuestro cerebro siempre tiende a buscar algún sentido, y que este sentido sea, preferiblemente, racional. A este nivel racional quiere decir que tiene un porqué y un para qué, que guarde alguna lógica, y donde siempre se tiene como entramado el buscar algún beneficio. Esta última palabra tiene como raíz el concepto de bien, donde tal término está entrelazado con los comportamientos humanos y por ellos sus normas y moralidad.

De lo dicho hasta ahora salen a la vez dos funciones o estructuras de todo cerebro: 1. el condicionamiento clásico, y 2. el operante. El segundo es un subproceso dependiente del primero en los cerebros más complejos. Los niños aprenden sobre todo porque vienen con el "diseño" de hacer lo que hacen sus mayores y dado que estos a su vez lo han aprendido  de sus antecesores. Nos levantamos y hacemos todas nuestras rutinas matutinas, por ejemplo. No las cuestionamos, hacemos lo que hemos aprendido, porque se ha optimizado por algún fin, de manera más o menos unánime (o cultural). En muchos casos tales rutinas o normas sociales son por el condicionamiento clásico, mientras en otras entra en juego el condicionamiento operante, así si el niño por alguna circunstancia, a través del condicionamiento clásico, se toca los genitales dada cierta condición, los padres tratarán de quitarle esa "manía" con el condicionamiento operante: castigar o no-premio, y premio si lo hace bien.


Como somos así de básicos y estos mecanismos son así de simples, se puede caer en la tentación de llevarlos hacia unos fines y no a otros, por ello un tema muy manido desde el principio de los tiempos son la influencia y la manipulación. A la vez ha creado mecanismos cerebrales para detectar cuándo son usados con malos fines (egoístas, hacia algo que al final será para mal, etc.). Esto nos lleva a la vez a la confianza, pues nos dejamos aconsejar o incluso persuadir por aquellos en los que depositamos tal "mecanismo", mientras que nos ponemos en guardia por aquellos que nos puedan provocar desconfianza. Aquí surge un pequeño problema, la raíz de la palabra confianza es la fe (poner o dar fe a algo o alguien), y es un problema porque fe y razón, en apariencia, son contrarios. Es tal fe algo ciega, ¿o sigue operando a través de algo de razón? Se suele tener una fe ciega a las personas que conocemos de toda la vida, que suelen ser familiares, cuando es menor o nula cuanto menos conozcamos a una persona, luego obedece a la razón, a lo óptimo, por cuanto que el cerebro tiene como uno de sus mecanismos cuántas veces ha fallado o acertado cierto proceso, institución o persona. Esto tiene su "pega". Dado que es un mecanismo tan efectivo y tan antiguo, nacemos con esta inclinación o mecanismo, a modo de comportamiento de ciertos neurotransmisores y partes del cerebro, que se suelen revelar como emociones o sentimientos (empatía, simpatía, amor, amistad). A tales tipos de mecanismos se les suele llamar sesgos, por cuanto que en muchos casos fallan o no siempre son tan racionales, como es lo que se espera de un cerebro al que suponemos racional.

Tal mecanismo hacia la confianza ha generado el concepto de tribu, como aquel grupo que se basa sobre todo en los lazos de sangre y extendido (padres, hijos, abuelos, tíos, primos, tíos segundos, etc.). A la vez tal concepto, a través sobre todo del proceso civilizatorio y de complejidad social, ha llevado a que se haya vuelto más complejo, pues no ya sólo define lo familiar, sino toda posible pertenencia, simpatía y puntos en común que se tengan con otros grupos  creados, a partir de la misma estructura basada en la confianza, que a la vez nos creará otros tipos de sesgos dependiente de tal estructura o tribu. Esto nos lleva al tema de la identidad, que si bien al principio era monofacética: la tribu, la familia, al final ha devenido a ser multifacética…, donde a la vez deviene en la problemática a nivel individual de "encajar" todas esas microidentidades, con sus consiguientes contradicciones, sesgos y problemas añadidos, de lo que se sigue que hoy en día es muy improbable ser coherente y mucho menos eso que se ha venido a llamar "auténtico". De lo que igualmente se deduce que si la personalidad del humano se ha vuelto así de compleja… ¿dónde queda la confianza en lo humano y lo social, si cierta persona nos puede ser desleal o traicionar —o hacerlo nosotros mismos— bajo una de tales microidentidades? ¿Se puede confiar en alguien hoy en día? A este estado de cosas se le ha venido a llamar, o está bajo el epígrafe, del posmodernismo. En teoría, bajo esta nueva perspectiva, a cada individuo sólo se le pide que sea coherente o "auténtico" bajo cada una de sus microidentidades, perdonándosele o siendo admitido que no tiene por qué haber un sumun o totalidad coherente o auténtico. Pero, ¿cabe aplicar los conceptos de coherente, auténtico o incluso racional a ese ser en el que ha devenido el nuevo ser humano?, (más adelante analizaré si tal suposición de lo que es el ser, tiene sentido, baste adelantar que se confunde el hacer (aparecer, manifestación) con el ser, como así se dio en Sartre al buscar el ser del camarero en su hacer).

Mira, tener dos ideas incompatibles en tu cabeza al mismo tiempo y aceptarlas a ambas…, eso es lo mejor del ser humano.❞ en la serie 'Russian Doll'

Como en todo plato cocinado, estoy preparando y cocinando distintos ingredientes que me sirvan de base al plato final. Hay que tener paciencia si voy de un lado de la cocina a otro y de un plato a otro.

De cualquiera de las maneras en las que la posmodernidad explique o incluso defienda el nuevo ser humano, algo de lo que no se libra la estructura de la identidad o no-identidad (no-coherencia, no-autenticidad), bajo lo multifacético de las nuevas identidades, es que toda identidad tiene aquello que no es parte de tal identidad, bien por sus diferencias, donde a veces son bienvenidas —en el tan manido e incoherente concepto de tolerancia—, o bien por las posturas contrarias, como aquello que es otredad. Volvamos al tema de la confianza, que nace de la empatía/simpatía y esta nace sobre todo de la oxitocina. Aquello que nos da confianza preserva nuestra identidad, por cuanto los dos lados —confiador/confiado— tienen en común. Por el contrario, lo que nos crea desconfianza es tomada como una posible vulnerabilidad/ataque hacia nuestra propia identidad. El posmodernismo, el progresismo y el globalismo quieren basarse en la no-identidad o la muerte de los grandes relatos, estereotipos, roles, arquetipos y mitos —metarrelatos—, en la medida que anquilosaban o volvían rígida la identidad, y en tanto que toda identidad implicaba una o muchas otredades. ¿Se ha conseguido?, no (como ejemplo, la división del feminismo en docenas de ramas, a veces como contrarias), pues al final se ha creado la actual guerra cultural, donde ya nadie está cómodo y sí estresado, en la medida que algunas o todas de sus microidentidades están en conflicto o tiene una o varias otredades bien definidas. Lo que trato de hacer ver es que toda "gran teoría" del nuevo ser humano, el posmoderno, adolece de no haber comprendido qué es, cómo es y porqué se necesita la identidad. Analicemos un caso, no propio del posmodernismo, que es ejemplificante.

Una de las teorías que se han barajado en el comunismo es que toda desigualdad proviene del hecho de que queremos y tendemos a favorecer a los familiares. Cualquier otro concepto nace de este primero: tribu, género, ideología, partido político…, o sea, el origen evolutivo es el favorecer a tus propios genes, por egoísmo (concepto antropomórfico mal usado). Pero todo intento, de los distintos comunismos, por romper con tal concepto y que cada humano se "entregue" de forma ciega a un fin último, hacia algo tan abstracto como la sociedad o la humanidad —todos hermanados, como así es en las hormigas—, han terminado en el fracaso. El humano, su cerebro, tiene unas estructuras rígidas e inamovibles que le son necesarias a modo de funciones o de cognición (de conocer y accionar a partir de tales conocimientos), luego persisten, y puesto que "funcionan". En lo dicho arriba, la influencia y la manipulación son posibles porque existen los mecanismos de condicionamiento clásico y el operante. No son posibles los estados de no-condicionamiento clásico y operante, y muchas de las terapias que funcionan lo hacen al hacer uso de tales mecanismos, a modo de contracondicionamientos. Se entiende mal lo que debería entenderse por libertad. No somos "máquinas" sin ninguna condición previa a las que le dé igual cualquier camino que elegir, somos máquinas con condicionantes —identidades— que operan a partir de tales estructuras para elegir entre aquellos caminos que nos sean menos dañinos y/o más beneficiosos. Esto me lleva a la torpe y malinterpretada "fórmula" de Sartre de que "es antes la existencia que la esencia". La contrafórmula que es más elegante e inteligente, es que somos antes humanos que elección, porque es lo humano u homo sapiens, la primera o la estructura, por la que es posible no la libertad, sino cierto margen grande de elecciones, o de lo que ahora se llama grados de libertad, que incluso se da en la propia física, y en esta al ser aplicada en la tecnología. O sea, y en un ejemplo, operamos en las elecciones a partir de mecanismos como el condicionamiento clásico y operante. Así enseñamos a nuestros hijos, pues si fuera antes la libertad, les dejaríamos hacer lo que ellos quisiesen, y en tanto que eso seguiría sin ser libertad, puesto que los mecanismos que "vigilan" y corrigen sus acciones y elecciones a futuro seguirían los "planes" de tales mecanismos y primitivas. En otro ejemplo, que nos lleva a la vez al tema de qué es la identidad. En definitiva, que si a la libertad hay que educarla, es que primero ha de tener una estructura bajo la que se sustenta. Los niños nacen con primitivas y entre ellas la moral de preferir a las personas que hacen el bien, puesto que así se ha demostrado en experimentos con historias gráficas a niños de poca edad. Pero de la misma forma, una vez que se "posicionan" o se identifican (misma identidad) con uno de los personajes o tribu, "perdonarán" o serán "ciegos" a cuando estos hacen las cosas mal. A lo que quiero llegar es que la filosofía carece de sentido si no sabe o tiene en cuenta a la ciencia. Hoy en día se filosofa desde la ciencia y ya no se admite ninguna filosofía abstracta y "de(science)ficada". Siendo así el posmodernismo se volvió sospechoso, por cuanto se acercaba más a lo dogmático e ideológico que a lo científico (léase "las imposturas intelectuales" de Alan Sokal). De igual forma, con los conocimientos actuales, Sartre no habría tomado la postura que tomó, a no ser que "quisiera" mantener alguna impostura intelectual a modo de rebeldía (que las tuvo y muchas).

Bajo otro punto de vista. La ciencia ahora sabe que la última estructura en formarse del cerebro es el prefrontal (sobre los 22 años, algo menos en las mujeres), que es la zona a la que se le supone como que es en la que habita la razón. Tal descubrimiento se sabe de forma más o menos natural, por cuanto que sabemos que los adolescentes son más pasionales e impulsivos que racionales. Por tal saber hemos ido legislando para no darles total autonomía hasta cierta edad, y dependiendo de qué tema se trate, como la ingesta de alcohol en EEUU, a una edad distinta para unas cosas u otras. La elección, la libertad, se supone que es aquel estado donde nada emocional o sesgado influencia, luego es un "estado especial" de un prefrontal bien formado, autodomado y adiestrado en las buenas y "libres" elecciones…, cosa que dudo que exista. El posmodernismo con la teoría del "conocimiento situado", de la feminista Donna Haraway, la cognición situada en las teorías de la mente y las neurociencias, la contextualización del deconstructivismo, y el concepto de "estado situado" del propio Sartre, dan fe a que tal nivel de racionalidad, y por ello de libertad, no existe. Siempre somos mentes con estructuras preexistentes, contextualizadas y situacionadas, luego la esencia precede a la existencia, y en tanto que la que "responde" a lo dado (exterior) es lo dado (interior). Las distintas disposiciones individuales y situacionales son las que hacen que no siempre se den las mismas respuestas (elecciones) a las mismas aparentes situaciones, tal variabilidad humana (variación estocástica) es la que se confunde, en muchos casos, como una prueba de la libertad.


Una cuestión irrebatible son las edades a las que se desarrollan ciertos aspectos que nos hacen humanos en lo niños. A cierta edad no tienen cierta propiedad y al llegar a otra lo adquieren. Sus cerebros se siguen desarrollando, siguiendo las pautas genotípicas han seguido los humanos a los largo de la evolución. Unos animales tienen algunas de esas capacidades, como la de reconocerse en un espejo, pero ninguno tiene todas las que posee el ser humano. A lo que quiero llegar es que el cerebro a cada edad 'cablea' dos zonas o capacidades y es en ese momento que el niño tiene esa capacidad. Todo está programado a que ocurra a cierta edad, como si fuera un interruptor de encendido y apagado. Se adquieren seguramente en el mismo orden en el que el humano lo adquirió a lo largo de la evolución. Esto da al traste con que seamos una tábula rasa y que sea antes la libertad que la esencia. Sin estas esencias no sería posible el mismo nivel cognitivo y seríamos un animal más. Abajo dejo la tabla de esa evolución de la cognición infantil, generada por ChatGPT (aparte de lo dicho el cerebro sigue desarrollándose durante toda la vida, donde la pubertad es una etapa tan importante como para que se de una poda neuronal, para de esta manera 'crear' a los dos sexos y sus principales diferencias cerebrales, o sobre los 22 se termina de formar el prefrontal, y ya cerca de los cincuenta se llega a la llamada 'edad de la razón'):


Por supuesto, aquí tienes una cronología aproximada del desarrollo cognitivo con respecto al surgimiento de la teoría de la mente, la prueba del espejo y otros conceptos clave:

- 9 meses: los bebés empiezan a darse cuenta de que los objetos no desaparecen mágicamente cuando se esconden. Este descubrimiento, conocido como «la permanencia del objeto», es un hito importante en el desarrollo cognitivo temprano.
- 18 meses: los bebés comienzan a comprender que los demás tienen deseos y emociones separados a los suyos, lo que se conoce como la teoría de la mente. Por ejemplo, si ven a una persona triste, pueden intentar consolarla.
- 18 meses - 24 meses: los niños pueden pasar la prueba del espejo, que implica reconocer su propio reflejo en un espejo y comprender que se están viendo a ellos mismos.
- 2 años: los niños pueden comenzar a comprender que las personas pueden tener falsas creencias, lo que es un paso importante para la comprensión de la teoría de la mente más avanzada.
- 2 años - 3 años: los niños comienzan a jugar juegos de fantasía y pueden comprender que están jugando un papel diferente al de su vida real.
- 4 años: los niños pueden comprender que la apariencia exterior no siempre refleja la realidad subyacente. Por ejemplo, podrían comprender que dos vasos que parecen tener diferentes cantidades de agua en realidad contienen la misma cantidad.
- 5 años: los niños pueden comprender que alguien puede fingir una emoción o hacer algo para engañar a los demás.
- 7 años: los niños pueden comprender que sus propios deseos o creencias pueden no coincidir con los de los demás.
- 8 años: la mayoría de los niños pueden comprender que alguien puede tener dos identidades diferentes.

Cabe destacar que estos hitos no son universales y pueden variar dependiendo de cada niño. Sin embargo, estos marcos de referencia pueden ayudar a padres, educadores y cuidadores a comprender mejor el desarrollo cognitivo de los niños y ayudarlos a desarrollar habilidades cognitivas importantes.











Comentarios

Entradas populares de este blog

El Sentido de la Vida VI - La Zona Gris

La Zona Gris II - Todo o Nada