La Falsa Dicotomía entre Razón y Relato
“No se puede ser una democracia dentro
y un Imperio fuera.”
Woodrow Wilson
“El peor vicio y el más antiguo del hombre es querer controlar al otro.” Michel de Montaigne
“Derechas e Izquierdas son dos formas
de hemiplejia moral.”
Ortega y Gasset
“Las personas pueden vivir sin noticias, pero no sin relatos.” David Caldevilla
“Ser es defenderse.” Ramiro de Maeztu
“Los hombres libres tienen ideas; los sumisos tienen ideologías.” Teócrito
Siempre
he pensado que Marina es un filósofo de la superficie. No menciona a Platón y su idea primera del rey-filósofo (en tanto que él hace una ligera aproximación a cómo debería de ser un gobernate). Su 'deseo' a que la razón medie en
medio de los problemas (que no conflictos, según su lógica) siempre ha sido la
pasión inútil (alusión a Sartre) de muchos filósofos. El problema de base de
esta corriente del pensamiento: creer que la razón está por encima de todo, y
tratar de alinear la razón con la verdad. Una 'última' tentativa en estos temas
es la 'teoría de juegos', que tampoco nombra. Esta disciplina trata de mediar
en la postura más compensada para las distintas partes. Ciertamente está muy
enfocada para los negocios, en el trato de las partes, pero no es tan 'eficaz'
en geopolítica.
Otro tema que deja de lado es la teoría de sistemas. Bien, un presidente quiere
quedarse en el poder, y este le corrompe. Pero, ¿qué entra en juego cuando ese
poder lo quiere una nación?, ¿las individualidades, cada uno de sus políticos?
No, según la teoría de sistemas estos emergen en tanto que el total es más que
la suma de sus partes (la vida como ejemplo). Entonces, si una nación (una
cultura) no se explica por su político en el poder, qué hace que una nación trate
de mantener el poder, su soberanía sobre el mundo. Es algo que se escapa a cada
individuo, de la misma manera que una neurona no tiene 'idea' de que está
formando una mente. El error del racionalismo es no comprender que el cerebro
se guía por ser un sistema complejo, donde la razón no es como el humano que
maneja la cuerda que dirige una cuadriga (metáfora clásica), bajo esta idea se
cae en el error del teatro cartesiano. El 'todo' que es una mente tiene entre
uno de sus componentes la razón, pero la razón no es el todo, sólo una de sus
partes. ¿La más relevante?, si fuera así el ser humano no tendría las
dificultades que tiene para ponerse de acuerdo (y no se hubieran llegado a las
mil y una soluciones a las que ha tratado de llegar la filosofía, las
religiones o la política). La base de lo humano es el conflicto (salto a las
consecuencias, porque tratar de explicar este punto sería muy largo, me baso en
el concepto de Sartre de la escasez como base de las relaciones humanas,
plasmado en su 'Crítica de la razón dialéctica'), que no los problemas, porque
lo que cada humano es, antes que razón, es una identidad, identidad que ha de
defender. La 'excentricidad' del ser humano como especie es que cada uno nace
único (algunos más iguales que otros), pero en tanto que la base del humano es
el conflicto, se 'alía', por estrategia y oportunismo, con aquellos que le sean
más 'iguales'. A la vez se da la 'otredad' como aquella parte más opuesta a mi
identidad. Estas sencillas 'reglas' explican la realidad, cuando la razón no lo
puede hacer.
El
problema del posmodernismo es que en cierta forma tiene razón, en tanto que la
razón no es la directriz por la cual sólo hay ciertas verdades, y aquellas
otras que no lo son están fuera de la razón (irracionales). En lo humano no hay
verdades al modo de las matemáticas. Nada en lo humano es uno más uno, sino en
muchos casos estados emergentes y sistemas. Las variables que se cuela no
obedecen a la razón. El amor no es la suma de dos personas, este 'emerge' como
'sistema' que 'envuelve' a dos o más
personas en un estado que a veces puede parecer 'irracional', pero que en
definitiva tiene sus propias razones (motivos).
Cuando
un racionalista trata de defender que una IA no podrá ser como un ser humano
(como lo hace Marina), se ha de basar en el sentir, en las emociones, para
hacer ver lo que nos diferencia. Mirar es sentir, lo que Marina llama valores,
es lo que en teoría de la mente se llama Qualias, baremos individuales por los
cuales cada persona ve (siente-piensa- racionaliza) un color de distinta forma,
por ejemplo. Esos valores (tasaciones de la realidad) son distintos entre
culturas, no siempre está claro si en algo interviene la genética de una
población…, dentro de una región con cierto clima (determinismo medioambiental,
los humanos de zonas tropicales tienden a pintar sus casas de colores cálidos y
vívidos, los del norte 'normalmente' no).
Se
dice que la historia es cíclica, pero pienso que hay ciclos menores dentro de
otros mayores. En el que estamos es uno de esos 'mayores', en donde ni la razón
('El sueño de la razón produce monstruos', como así parece ser el globalismo
hoy), ni la identidad (el relato, lo irracional para los del lado de la razón)
sirven para salir del paso en el que nos encontramos. La 'verdad' es que ni los
que creen hablar desde la razón carecen de relato (como así lo demuestra
Marina, o los socialistas), ni los que los contrarían lo hacen sin ningún ápice
de razón. La paradoja siempre ha sido la misma: cada lado del conflicto creen
hablar desde la razón. Hoy está todo tan 'enredado' y enrevesado en el sistema
que los republicanos en USA parecen haber tomado ciertos papeles que antes eran
más propios de los demócratas en otras épocas (como que Trump quiera hacer
desaparecer la OTAN), y a la inversa en otros temas. Analizar a Trump por su
persona es no entender qué hacen y cómo operan los sistemas complejos. Este y
otros líderes de su 'cepa', 'nacen' como una forma por la cual el sistema se
trata de equilibrar hacia el 'relato' (hacia 'no reducir todo a lo racional') y
en tanto que el globalismo no parece estar 'funcionando' a como sus ideólogos
pensaron (a través de usar sólo la razón, al modo que se hace en la 'teoría de
juegos'). En definitiva, hacia el exceso de la razón. Cada vez que la razón
llega a algún 'exabrupto' a nivel de la historia, se llega al final del
conflicto entre las partes, ya sea a través de guerras o de revoluciones. No
hay otra, somos meras 'neuronas' dentro de un sistema complejo que no
terminamos de entender. Ese sistema 'total', en el fondo, opera para buscar lo
mejor para que la especie sobreviva. Si lo ha hecho hasta ahora era porque su
estado equilibrado era uno intermedio entre la razón y el relato. El sistema en
la actualidad peca de razón. El exceso de legislar, es uno de sus exabruptos,
no se puede legislar un 'pico', una broma, una intención…, el odio. Todo relato
contiene todo lo que nos hace humanos, tanto lo bueno como lo malo. Un árbol se
hace fuerte y aferra a la tierra por los vendavales, las riadas y el mal
tiempo. Pensar que lo 'malo' tiene que dejar de existir, es uno de esos
extraños sueños de la razón. Nos está debilitando como humanos, como especie.
Lo que se 'ama' de los rusos es que son relato, se han hecho fuertes en los
'vendavales'; lo que humilla a los occidentales es que su aparente no-razón los muestra más 'fuertes' que nosotros y todas nuestras argucias desde la 'razón'.
Más 'válidos' para para el sistema complejo al que pertenecemos.
(Lo siguiente lo transcribo es una muestra de se buscan aliados no por cuestiones humanas, sino prácticas: "No podemos permitirnos que Rusia gane la guerra, de lo contrario los intereses estadounidenses y europeos se verían perjudicados.” (...) “No es una cuestión de generosidad, de apoyar a Ucrania porque amamos al pueblo ucraniano. Es una cuestión de nuestro propio interés". Borrell. En realidad no son lo intereses estadounidenses y europeos, sino los intereses globalistas. Los que no queremos el globalismo, no querremos ir a la guerra, si se diera el caso. Offtopic, no es lo mismo globalización que globalismo.)
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