La Muerte del Relato - Planeta Alienado #19



Hay un tema más filosófico detrás de todo este desencanto por el cine. Se hace la analogía del posmodernismo como la muerte del relato (metarrelato), ¿qué quiere decir esto? Es una crítica a conceptos como los arquetipos, los mitos, y por ello a la herencia narrativa y oral, aquella que desde el principio de la humanidad era la forma de mantener los relatos de los ancestros. No quiero alargarme, estoy cansada. Si de repente reniegas de todo, si nada de lo humano hasta ahora es válido…, ¿no se podría resumir a la frase de "No querías hacer las cosas perfectas, odiabas las cosas tal y como son", dicha como crítica al villano, en la película "Guardians of the Galaxy Vol. 3", (pienso que es anti-woke, antiprogre). Los valores humanos están inyectados en los cuentos, en los relatos que se cuentan a los niños, en los grandes libros…, pero es que además la evolución al final "comprendió" que para mantener estable el hipercomplejo cerebro humano, "le tenía que dotar" de la narración como parte estructural del cerebro. Esta es la "teoría del pensamiento narrativo", y de ahí a la "identidad narrativa". En lo básico todo animal complejo aprende y esto requiere de la memoria, llamada como episódica, pero en el hombre, por medio de la palabra, donde toda frase es una construcción narratológica, creamos una memoria autobiográfica… con la particularidad que al revivir un hecho, recuperarlo de la memoria, no opera al modo de abrir un archivo de ordenador y cerrarlo, donde nada se ha modificado, sino que cada vez que lo abrimos, nos centramos en cierto aspecto, porque quizás sea el más relevante para la persona a la que se lo contamos, y al "cerrar el archivo" se habrá añadido "la vez que se lo conté a mi madre", con la propia emoción de ese momento.

Como somos seres sociales, esa "agrandamiento" o enriquecimiento propio de cada cerebro, a la vez se suma en cada narración o cuento. Muchos cuentos tradicionales nos han llegado de ciertos escritores de hace unos siglos, pero en la mayoría de los casos no eran sus creadores, sino que los retomaban de la tradición oral (lo mismo con Shakespeare). Las suma de la moral (moraleja de las narraciones) es lo que es la sociedad en cada momento y la moral de los principales relatos crean la cultura occidental, la oriental, etc., y la suma de todas es la moral universal y humana. Fijarse en la construcción: yo tejo mi vida con relatos y crea la vez un relato de mi vida y a la vez entretejo el relato social en el que vivo, que es relatado por los escritores (cineastas, guionistas, poetas…) que pasan a la posteridad (el individuo y su relato no se pierde, ya que en la mayoría de los casos los relatos se basan en personas, situaciones o sociedades concretas). La visión completa da una imagen de lo humano. El deconstructivismo, como parte de la posmodernidad, como parte del posestructuralismo, era un ataque al estructuralismo (buscar la "armadura" en los relatos, mitos y arquetipos humanos) donde este partía del "error", según el posestructuralismo, que se hacía desde la perspectiva sobre todo occidental (oriente se ha mantenido al margen de estas luchas). De ahí que, según ellos, sea un punto de vista patriarcal del hombre blanco occidental. Esto tiene su contra-crítica básica: ¿acaso la moral —modos de hacer y entender el mundo— de una mujer o un homosexual van a ser tan distintos que la del hombre blanco heterosexual? El amor, por ejemplo, es amor para todo los humanos, con todos sus pequeños matices entre las distintas culturas, sexos o géneros. El total siempre es la suma de sus partes. Solo lo matizan o lo hacen ver desde un punto de vista concreto (arista de un prisma).
—Al final mi cerebro se está "despertando".

Conclusión. Si no hacemos más que matar todo relato, ponerlo bajo puntos de vista casi inverosímiles, extraños y liminales, lo primero que cae es la estructura social de los relatos —las culturas asentadas por siglos—, pero lo segundo que cae, y esto es lo importante, es la propia estructura cerebral como capacidad de crear relatos de la propia vida, dando validez a un yo, lo que deviene en la desintegración y fragmentación mental de los individuos, ya que tal estructura es la que daba solidez o nos daba una capa de cordura ante un mundo tan complejo y confuso… en definitiva, se llega más fácilmente a los trastornos mentales, entre ellos la esquizofrenia, como el estado más desintegrado del cerebro, y en el nivel social se llega al nihilismo, a que nada es lo bastante sólido y firme como para que haga de suelo moral y por ello de forma de conducirse de una sociedad. La suma de las dos formas de desintegración crean el actual panorama social…(lo más probable es que Daimōn —demonio— provenga del verbo griego daiesthai "dividir" o "distribuir", fuente Wikipedia, esta apreciación ya es relato, puesto que los relatos unen a las personas, mientras que aquello que "mata" o destruye lo que une a las personas es el mal o el demonio), donde la última tendencia son los niños furry. A modo de resumen, una cosa fue la formalización filosófica de la posmodernidad y otra muy distinta es a lo que ha devenido en lo progre y lo Woke, donde el mensaje "original" se ha perdido o incluso pervertido.

En fin, si los relatos son nada, carecen de valor; si el "pegamento" que mantiene coherente al cerebro era el relato, ese cerebro se rinde a la evidencia de que no existe nada real en lo humano (todo es construcción como quiere hacer creer el deconstructivismo) y por ello una película o un libro ya no tienen ningún interés, porque no voy a ver una "realidad" humana, sino una máscara que tapa que nacemos de la nada, vivimos en la nada e iremos a la nada. ¡Bienvenidos al nihilismo!, muerte de todo el relato…, después del relato ya no queda nada de lo humano. Somos humanos porque somos relatos (culturas e identidades concretas; la multiculturalidad puede tener en cierto grado algún valor, pero convivir con una cultura que niega la mía, de nuevo implica trastorno mental —muchos inmigrantes caen en la esquizofrenia— y falta de fe en el propio relato…, visto así el "sesgo de confirmación", leer lo que es propio, es una forma en la que el cerebro trata de mantenerse sano, y por ello no es tan negativo). Somos humanos, y si se leen todos los relatos —o todos los posibles—comprendemos qué es lo humano. Si no vemos o leemos relatos sólo queda el cerebro cerrado en su más mísera y alienable soledad (como los personajes de los libros de Houellebecq), de ahí a estar muerto en vida sólo hay un paso…, lo que explica el éxito de las películas de los zombis (inevitablemente, como en este caso, los relatos siempre nos "hablan", el caso es saberlos escuchar —a este nivel, y tal como lo he planteado en este escrito, los relatos son el inconsciente colectivo—).

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Yo diría que es imposible (reparar un adulto). La frase de "lo que no te mata te hace más fuerte" fue una falacia de Nietzsche que se decía más a sí mismo que al resto, pues él estaba "roto". La ciencia dice que existen los "periodos críticos" por los que pasa el cerebro a lo largo de las edades, un caso es el apego, donde tiene que tener cierta calidad e intensidad muy mediada (ni exceso, ni falta... mi analogía favorita es que el amor familiar/materno/paterno en la infancia/adolescencia es como cargar la batería de un móvil, si no se carga bien, durará poco, cuando se agote esa persona será un ser derrotado o muerto en vida). Muchas personas que se ven en los medios son "explicables" a cómo han salido del apego (apego en adulto, o evasivo, o dependiente, narcisista, o mezcla de varios...) En definitiva: las fuertes "heridas" en la infancia, dejan cicatrices para siempre en el alma. De ahí la importancia que siempre ha tenido la mujer en sociedad: somos las creadoras del futuro de la humanidad. 





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